En la Casa CEIEC las pantallas quedan en suspenso, y los celulares enmudecen porque le queremos dar espacio a la palabra, a la música, a la canción, al relato. Los encuentros de reflexión, de orientación vocacional, de creación artística y de producción musical, son escenarios donde lo humano vuelve a ser nuestra mayor riqueza. La Ludoteca abierta a los jardines de la zona será otra muestra de ello.

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